miércoles, 17 de noviembre de 2010


Mi rechazo a la moda o mi inclinación a una tendencia desactualizada, a una combinación de mal gusto. Abra que terminar por rendirse y aceptarse como un mamarracho, como un pibe que se la da de intelectual bohemio y lo único que quiere es ser el mejor de los prostitutos. Desear tragarse hasta la última gota de Carlos Marx y vestirse como Ale Sergi, escuchar Bod Dylan y llevar la condición de vida de un empleado municipal. De esas dicotomías esta hecha mi existencia, mi pequeño cuadradito: humilde intento de sub-mundo que pretende ir por debajo del orden imperativo y termina siendo una parte cardinal de su funcionamiento, humilde fracasito, pequeña frustración que me obliga a retorcer las horas robadas al sueño para encontrarle el sentido a esto que llamamos vida.

2 comentarios:

  1. Siento excactamente lo mismo, odio ser parte del sistema. Aunque lo odies, eso a el le sirve. Regia frustración. Me gusta mucho tu blog :D

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  2. Creo que eso de “ir en contra del sistema” hay que tomárselo como una suerte de metáfora. Declararse en contra del sistema equivale a decir: “No me gusta el sistema”, “no estoy de acuerdo con este modelo, con esta forma”. Pero el “el sistema” es algo inherente a nosotros, no lo podemos eludir ni eliminar (¿el anarquismo existió alguna vez en alguna lugar?). De todas formas uno puede elegir una vida de lucha por cambiarlo. Yo soy demasiado sedentario (demasiado 2.0) para hacerlo. Entonces elijo resignarme a una vida de búsqueda: examinar el sistema y ver donde esta “la felicidad”, en que parte de este orden que se impuso de forma coercitiva e imperativa estoy mejor (etc, etc.)…
    Gracias por escribir! Me pone bien que allá alguien q le gusta lo que escribo.

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