domingo, 19 de junio de 2011



Todo estaba tan detalladamente planificado, todo se encontraba en aparente orden meticuloso por debajo de mis pelos y sentía que mi felicidad se encontraba tan segura dentro de mi pequeño pack turístico de tres días y dos noches, que no hacía otra cosa que acumular imágenes en mi pequeña Samsung pensando en adornar el box de mi oficina y gritar desde mi nick que estoy disfrutando. Todas mis vacaciones estaban organizadas entorno a lugares comunes, repletos de turistas de culitos contentos que devoraban a gritos su Mc-Alegría. Pero tuve que verte a vos y pum!

lunes, 6 de junio de 2011


A veces te volves todo ojos oscuros brillantes y no sé qué hacer cuando me miras así. No digo nada, nada mas empiezo a besarte. Y hay que ver siempre cómo se escapa la luz del día por atrás de un edificio, de un puente, de un árbol y sentir que no llego nunca a tocarte. Como si escondieras una parte de vos, frágil tesoro que desde mi lado se ve como un muro y no me deja tocarte, no me deja.


viernes, 3 de junio de 2011


Facetas de Lucas. Su costado bijou del mundo: el tirado en una cama sucia, llena de discos de Stan Getz, revistas viejas y papeles arrugados con mano escritos de el y de mi: una compilación de basura, de preservativos usados, de inútil metafísica.


Le gustaría librarse de algunos pensamientos pero es incapaz de hacerlo, un miedo terrible le causa bronco espasmos, un ahogo dulce.


Una vez escribió en una servilleta de papel mientras tomábamos un café por la Avenida Pellegrini que no podía viajar al fin de la noche simplemente por que no había fin, lo que vasto para que después aceptara ir a su pieza por barrio Martin y entrara por primera ves a ese plano de discos, de papeles sueltos, de cama desecha, de habitación húmeda y sin luz. Por primera vez bajar a un cuerpo acabado por la burocracia, enredado entre los escritorios de oficina, un cuerpo lleno de tanto seudo anarquismo enardecido que me pedía a gritos que lo sacara de los escalafones de las ciudades.


Después empezamos a construir un hermoso fracaso del cual nos íbamos enamorando cada vez más, hermoso fracasito parido por nosotros: cócteles de cervezas tibias y fideos recalentados, cigarrillos de marihuana y lecturas de Bauman. Me llevo tiempo entender que la forma en que Lucas ordenaba el mundo no era una forma bohemia, un orden superior del espíritu escapando a todo molde convencional en medio de tantos archivos perfectamente clasificados. Sino que era una búsqueda interminable de su pequeño edén, seguramente mucho más triste que esta habitación vieja y desordenada, que estos restos de comida.


Así es como entre al mundo Lucas, callejuelas y guardillas, alerones de pensamientos estampados contra horarios de oficina, horas extras y sueldos no remunerativos. Noches empapadas de alcohol, de Rira Lee, Sesare Pavesse, de Manray. Pedazos de tristezas y ciudades, fragmentos infinitos que Lucas me entrega como un castillo de arena, dadiva inútil que yo contemplo y la proyecto.