lunes, 3 de enero de 2011


Yo podría enamorarme del chico de la verdulería que me atiende como si fuese su mejor cliente y siempre me elije los mejores tomates para mi ensalada. Una vez me guiño un ojo y yo me hice el desentendido: con lo que esta dicho que tengo posibilidades con el. Pero me gustas vos que ni me registras y una ves te mire un montón en el boliche y vos ni cuenta.
Yo podría enamorarme del estilista de la vuelta de mi casa donde voy mensualmente y me hace unos cortes que ni te cuento y cuida mi pelo como si fuese el de el. Y a pesar de que le pago para que así lo trate estoy seguro que lo hace mas bien por que algo siente por mi: con lo que esta dicho que tengo posibilidades con el. Pero me gustas vos que ni sabes que vivo al frente de tu casa, y que la ventana de mi balcón da justo a la ventana de tu cuarto y te miro todos los días cuando entras a tu pieza con el pelo húmedo y tu cuerpo cubierto con una toalla enroscada en tu cintura que dejas caer para empezar a vestirte.

2 comentarios:

  1. Aveces con cosas sencillas como esta se refleja muchisimo..lograste identificar en pocas palabras..cosas de la vida cotidiana...lograste poner a este lector muy atento a lo que decís...conmocionar con una historia no es fácil...lo lograste muy bien...aveces queremos lo que es imposible... otras no nos conformamos con nada...excelente relato

    ResponderEliminar
  2. Tan simple como real. A medida que avanzaba en la lectura del texto, fue imposible eludir las decenas de ejemplos que me venían a la cabeza... tan graciosas como desgraciadas...
    Fuerte abrazo.

    ResponderEliminar